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La poesía es amor del alma, expresado en palabras. Los anhelos son deseos nacidos del amor, soñado del alma. Las caricias de Álvaro son poesía de las manos, para abrazar el alma del sueño anhelado, Alicia. ¿Cómo es posible tocar un sueño, un anhelo, un amor eterno desde que comenzó el fuego enamorado del corazón y el alma? Álvaro con sus manos acaricia, toca levemente la piel. Esa es la distancia que acaricia el alma, que está entre la realidad, y el sueño hecho realidad. Es la distancia que separa al anhelo del deseo más carnal. Cuando Álvaro acaricia a Alicia, se convierte en beso enamorado de alma con alma, beso enamorado al sueño siendo realidad.
Y lo de la boda… ¿quién no cae en la tentación de acariciar un sueño por un instante eterno, temiendo y sabiendo que ya no habrá más instantes eternos de acariciar un sueño? Álvaro en la boda cae en la tentación. Coloca la alianza de su promesa de amor y fidelidad y sucumbe desde el contacto de la piel a la caricia del alma de Alicia. Álvaro acaricia con la alianza el alma con la que se quiere casar y en su vuelta se detiene en ese instante de eternidad… ¡¿Por qué no durará?!

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